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Encendido del Puro

Encender un puro es un acto de celebración, un brindis; el modo de encenderlo determinará su sabor y combustión y, por este motivo, resulta muy importante hacerlo como es debido.

 

Con un puro en una mano y un encendedor (o cerilla) en la otra, da comienzo el ritual que comparten todos los fumadores. Hágalo despacio y con cuidado. Recuerde que el acto de encender un puro, pasar de la llama a la primera calada es una de las ceremonias más íntimas del fumar; y para poder disfrutarla plenamente se precisa habilidad, concentración y delicadeza.

 

La llama nunca debe tocar el puro; nunca sumerja el pie del puro en la llama ya que si lo hace el tabaco se convertiría en carbono y su sabor a quemado permanecerá desde la primera a la última calada.

 

Tampoco sujete el puro con la boca, manténgalo a una distancia de medio centímetro por encima de la llama y en ángulo de 45 grados. Poco a poco, haga girar el puro hasta que el borde del pie se queme por igual formando un anillo de brasa uniforme; una vez encendido, sople con cuidado hasta que las ascuas se recubran de un círculo de ceniza perfecto.

 

Encender un puro es un arte sutil que requiere paciencia y mucha atención para asegurarse que todo el borde está encendido; si el círculo no prende por igual, la combustión tampoco resulta uniforme. En caso de formarse el efecto túnel (en que una parte quema más deprisa que la otra), ya no podrá fumar el puro de forma adecuada.

Cuando las cenizas rodeen la capa y las espirales de humo empiecen a ascender se inicia el siguiente paso.Ahora, eche ligeras bocanadas y gire el puro justo por encima (no dentro) del extremo de la llama, para encender todo el círculo exterior. Si el puro prende bien, la 1ª calada será la más intensa y gratificante; algunos aficionados, antes de esa calada, suelen soplar brevemente sobre el cigarro para así expulsar el posible mal sabor del encendido, debido al azufre de las cerillas o al gas del mechero.

 

Enhorabuena, ya ha encendido su puro. Con el rito del encendido el fumador muestra su respeto y aprecio, y el puro responde ofreciendo un instante privado de sumo placer.Las cenizas son una señal sobre algunas de las características de su puro.

 

Un puro que se enrolla bien, puede quemarse despacio y crea una ceniza tiesa entre dos a tres pulgadas de longitud sin doblarse o romperse. Se parece al propio puro excepto en que es gris.En caso de que la ceniza se queme o se quiebre rápidamente, probablemente no fue enrolado debidamente.

 

Si el color ceniza empieza a variar en tonos más oscuros seguramente la mezcla de la hoja no cumplía estándares normales de calidad.La calidad del humo no es afectada por la longitud de la ceniza.

 

Un sabor caliente o amargo, o cualquier otro tipo de variaciones que ocurran mientras esta fumando el puro, son indicaciones de calidad pobre, bien sea en la mezcla de la hoja o en el enrollado.

 

Un gran puro de calidad normalmente puede fumarse más allá de la Venda.A veces, cuando usted fume un puro después de la anilla, el sabor empezará a ser amargo. La mayoría de los expertos recomiendan abandonarlo, pero es aconsejable tener más paciencia, permitir que se queme suavemente en el cenicero apropiado. Un puro bueno puede mantener sus lentas cualidades ardientes de 3 a 5 minutos sin ser resoplado. Bastante a menudo se quemará más allá del alquitrán, resurgiendo su maravilloso sabor original.

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